Nach einem langen und anstrengenden Flug, geprägt von einer hohen Passagierzahl und eingeschränktem Bewegungsfreiraum, war die Ankunft in Buenos Aires eine große Erleichterung. In der argentinischen Hauptstadt erwartete mich der Hochsommer mit Temperaturen von bis zu 35 Grad Celsius. Für die ersten Tage war ich in einem Hostel im Stadtteil Palermo untergebracht, nur wenige Gehminuten vom belebten Plaza Serrano entfernt. Gemeinsam mit anderen Reisenden erkundete ich die Stadt, kochte in der Gemeinschaftsküche und nahm an einem Tangokurs teil. Buenos Aires ist eine faszinierende Stadt, die durch beeindruckende Architektur sowie zahlreiche Parks und Grünflächen besticht, die zu jeder Tageszeit gut besucht sind. Besonders positiv fiel mir die ausgeprägte Gastfreundschaft der Argentinier auf. Als „extranjero“ (Ausländer) wird man herzlich willkommen geheißen und mit großer Neugier aufgenommen.

Neben den ersten Freizeitaktivitäten organisierte ich auch einige praktische Angelegenheiten: Ich besorgte mir eine Sube-Karte, die für die Nutzung öffentlicher Verkehrsmittel notwendig ist, und kümmerte mich um den Geldwechsel. Da ich eine größere Menge Bargeld mitgebracht hatte, war es problemlos möglich, dieses bei einer Filiale von Western Union zu einem günstigen Kurs zu wechseln. Der Wechselkurs war zwar Schwankungen unterworfen, lag aber zu meinem Zeitpunkt bei etwa 1 Euro = 1240 Pesos. Es sei angemerkt, dass Argentinien inzwischen ein vergleichsweise teures Reiseland ist.

Glücklicherweise verlief auch die Wohnungssuche sehr erfolgreich: Bereits nach kurzer Zeit fand ich ein WG-Zimmer im Stadtteil Caballito, am Rande des Zentrums. Mit der UBahn- Linie A benötige ich etwa 30 Minuten bis zur Universität.

Am 6. und 7. März fanden die ersten Einführungsveranstaltungen an der Universidad Católica Argentina (UCA) statt. Alle Austauschstudierenden wurden mit „medialunas“ (argentinischen Croissants) und Kaffee willkommen geheißen. Anschließend folgte eine Präsentation zur Universität sowie eine Einführung in das Kursbelegungssystem. Für alle Studierenden, deren Muttersprache nicht Spanisch ist, wurde zudem ein Einstufungstest durchgeführt.

In der darauffolgenden Woche begann das reguläre Semester. Die Lehrveranstaltungen finden in kleineren Gruppen statt und werden in der Regel von einem Dozenten mit einer vorbereiteten Präsentation geleitet. Im Vergleich zur BHT (Berliner Hochschule für Technik) fiel mir auf, dass in einigen Kursen zwei bis drei Professoren gemeinsam unterrichten und sich den Stoff thematisch aufteilen oder gegenseitig ergänzen. Zudem herrscht an der UCA Anwesenheitspflicht, und es werden pro Semester zwei Prüfungen abgelegt – eine zur Mitte und eine zum Ende des Semesters.

Die Kurse an der UCA lassen sich in zwei Kategorien unterteilen: Zum einen gibt es PELKurse, die speziell für Austauschstudierende angeboten werden und sich mit Politik, Wirtschaft, Geschichte und Kultur Argentiniens befassen. Ich selbst belege aktuell einen PEL-Kurs zu lateinamerikanischer Literatur. Zum anderen gibt es die FACU-Kurse, reguläre Fachveranstaltungen für argentinische Studierende.

In den PEL-Kursen sind viele internationale Studierende vertreten, was die Professoren dazu motiviert, die Inhalte besonders verständlich zu vermitteln. In den FACU-Kursen hingegen ist das sprachliche Niveau anspruchsvoller – insbesondere, wenn andere Studierende Fragen stellen. Dennoch sind sowohl die Kommiliton*innen als auch die Lehrkräfte stets hilfsbereit und erklären Inhalte bei Bedarf gerne noch einmal. Ich belege derzeit die Kurse *Máquinas para la construcción*, *Puertos y vías navegables* sowie *Representación gráfica aplicada*. Letzterer Kurs befasst sich mit Building Information Modeling (BIM) und der Erstellung von 3D-Modellen. Es wird intensiv mit der Software Revit gearbeitet, weshalb ich dringend empfehle, einen Windows-Laptop mitzuführen – auf MacBooks funktioniert Revit nicht. Der Unterricht findet in den Computerräumen der Universität statt, und es gibt wöchentliche Abgaben.

Abschließend möchte ich festhalten, dass ich bisher eine sehr bereichernde und positive Zeit in Buenos Aires erlebt habe und mich äußerst glücklich schätze, hier sein zu dürfen. In der kommenden Woche stehen meine Prüfungen an, danach plane ich eine Reise zu den Wasserfällen von Iguazú. Im nächsten Bericht werde ich ausführlich über diese Erfahrungen berichten.

Después de un vuelo largo y agotador, marcado por una gran cantidad de pasajeros y un espacio limitado para moverse, la llegada a Buenos Aires fue un gran alivio. En la capital argentina me recibió el verano con temperaturas de hasta 35 grados Celsius. Durante los primeros días estuve alojado en un hostel en el barrio de Palermo, a pocos minutos a pie de la animada Plaza Serrano. Junto con otros viajeros, exploré la ciudad, cocinamos en la cocina comunitaria y participé en un curso de tango.

Buenos Aires es una ciudad fascinante, que destaca por su arquitectura impresionante y sus numerosos parques y espacios verdes, que están bien concurridos a cualquier hora del día. Me llamó especialmente la atención la gran hospitalidad de los argentinos. Como extranjero, uno es recibido con mucha calidez y con gran curiosidad.Además de las primeras actividades recreativas, también me ocupé de algunas cuestiones prácticas: conseguí una tarjeta SUBE, que es necesaria para utilizar el transporte público, y me ocupé del cambio de dinero. Como traje una cantidad mayor de efectivo, fue fácil cambiarlo en una sucursal de Western Union a un tipo de cambio favorable. Aunque el tipo de cambio era variable, en mi caso fue de aproximadamente 1 euro = 1240 pesos. Cabe señalar que Argentina se ha convertido en un destino turístico relativamente caro. Por suerte, la búsqueda de alojamiento también fue muy exitosa: al poco tiempo encontré una habitación en un piso compartido en el barrio de Caballito, en las afueras del centro. Con la línea A del subte, tardo aproximadamente 30 minutos hasta la universidad.

El 6 y 7 de marzo tuvieron lugar las primeras jornadas de introducción en la Universidad Católica Argentina (UCA). Todos los estudiantes de intercambio fuimos recibidos con medialunas (croissants argentinos) y café. A continuación, hubo una presentación sobre la universidad y una introducción al sistema de inscripción a los cursos. También se realizó una prueba de nivel para todos los estudiantes cuya lengua materna no es el español. La semana siguiente comenzó el semestre regular. Las clases se imparten en grupos reducidos y, por lo general, un profesor presenta el contenido mediante una presentación preparada. En comparación con la BHT (Berliner Hochschule für Technik), observé que en algunos cursos hay dos o tres profesores que imparten la clase conjuntamente, dividiéndose el contenido o complementándose entre sí. Además, en la UCA existe una obligación de asistencia, y se realizan dos exámenes por semestre: uno a mitad del semestre y otro al final. Los cursos en la UCA se dividen en dos categorías: por un lado, están los cursos PEL, diseñados especialmente para estudiantes de intercambio y centrados en la política, la economía, la historia y la cultura de Argentina. Actualmente curso un PEL sobre literatura latinoamericana. Por otro lado, están los cursos FACU, que son asignaturas regulares para estudiantes argentinos. En los cursos PEL hay muchos estudiantes internacionales, lo que motiva a los profesores a explicar los contenidos de forma especialmente clara. En los cursos FACU, en cambio, el nivel lingüístico es más exigente, especialmente cuando los demás estudiantes hacen preguntas. No obstante, tanto los compañeros como los docentes están siempre dispuestos a explicar de nuevo los contenidos o a ayudar en caso de dudas. Actualmente curso las asignaturas Máquinas para la construcción, Puertos y vías navegables y Representación gráfica aplicada. Esta última asignatura trata sobre el modelado de información de construcción (BIM) y la creación de modelos en 3D. Se trabaja intensamente con el programa Revit, por lo que recomiendo encarecidamente llevar un portátil con sistema operativo Windows – Revit no funciona en MacBooks. Las clases se imparten en las salas de informática de la universidad y hay entregas semanales.

Para concluir, quisiera señalar que hasta ahora he vivido una experiencia muy enriquecedora y positiva en Buenos Aires y me siento muy afortunado de poder estar aquí. La próxima semana tengo mis exámenes y luego planeo un viaje a las cataratas del Iguazú. En el próximo informe contaré detalladamente estas experiencias.