Informe de cierre del programa IDEAR
Estando ya en mis últimos días en Berlín me parece un buen momento para escribir esta revisión final de toda esta experiencia de intercambio.
Siento que tengo el deber de preguntarme: ¿Qué aprendí de esta experiencia? ¿Qué tanto provecho le saqué a esta oportunidad que se le da a pocos? ¿Qué cambió?, y ¿en qué progresé?
Mirando atrás puedo decir que cambié mucho. Este año en Berlín, una ciudad tan internacional y con mucho para ofrecer, ha sin duda enriquecido enormemente mi personalidad y mis conocimientos, pero lo más importante me ha brindado nuevos puntos de vista e ideas para mi propia reflexión.
Más allá del nuevo idioma aprendido, del aprendizaje en la universidad o de las nuevas herramientas y técnicas adquiridas en la pasantía, lo que más queda grabado en uno son todos los momentos vividos con las personas y amigos conocidos aquí. Amigos y compañeros de todo el mundo, que también como yo buscan vivir una experiencia extraordinaria y eso hace a un ambiente, una atmósfera especial para que en cada encuentro se dé un intercambio de ideas y de culturas distintas, para que uno abra la mente y reflexione sobre las opiniones, objetivos y formas de ver propias. Eso es algo que creo fue único de este intercambio y que, en mi opinión, es invaluable.
Puedo decir también que me he vuelto mucho más independiente. Aprendí mucho en lo que es el desenvolverse solo en todas las actividades cotidianas, viajar solo, así como también el tomar cada vez más decisiones y sentir realmente que mucho de lo que va sucediendo depende completamente de mí.
En fin, más allá de lo que yo pueda llegar a describir acá, siempre se van a quedar cortas las palabras, porque creo que un intercambio es una experiencia intensa y muy personal, que te cambia la forma de ser y de pensar. Es por eso que si estás leyendo esto, y estás pensando en aplicar a algún programa o intercambio, te recomiendo entusiasmadamente que lo hagas sin dudarlo. No te vas a arrepentir.
Como cierre, me gustaría agradecerles encarecidamente a los profesores y responsables de mi universidad, tanto en Argentina como en Alemania, por haberme permitido realizar esta experiencia. Les agradezco el esfuerzo y el trabajo que les llevó organizar y coordinar el intercambio, y les pido y aliento a que sigan haciéndolo, porque seguro que también otros chicos y chicas, participantes que vendrán en años futuros, les estarán agradecidos tanto como yo por posibilitarles una experiencia que realmente te cambia en la vida.